Sexualidad Femenina
Me han preguntado qué es la sexualidad femenina, he aquí una definición de lo que la OMS declara, la definición de sexualidad es: “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.
Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.”
Como podemos observar la sexualidad es mucho más que sexo y entonces la sexualidad femenina involucra varios aspectos que van más allá de tener coitos, orgasmos o encuentros.
Tiene que ver con nuestra identidad, nuestros gustos, actividades, roles, participaciones sociales y políticas, la manera de relacionarnos con el mundo y cómo este se relaciona con nosotras.
Cuantas veces no hemos oído decir “es mujer por eso no sabe manejar”, “está en sus días, déjala ya se le pasará”, “las mujeres nacimos para ser fuertes y mantener a la familia unida”, “seguro anda de puta”, pues todo esto va marcando cómo vivimos nuestra sexualidad, es decir cómo nuestro sexo va marcando cómo debemos actuar y lo que debemos evitar para ser bien vistas ante la sociedad.
Por eso hablar de sexualidad refiriéndonos al acto sexual, de placer, de gozo, de deseo en las mujeres provoca tanto escozor en ciertos grupos de personas, esto sucede porque llevamos muchos años en donde la mujer ha sido oprimida, invisibilizada y controlada a través de decirle qué hacer y qué no hacer. Y cuando una mujer decide sobre su cuerpo y vida es mal vista incluso tachada de mala mujer.
¿Cómo vivir nuestra sexualidad de manera más libre?
Diría que lo primero sería cuestionarnos cómo nos sentimos con nuestra sexualidad y qué hemos creído que debería de ser o hacerse con ella, segundo podría ser que nos aventuremos a explorar, aunque será sólo en pensamiento más allá de lo que nos han marcado, con el objetivo de generar una sexualidad propia y no la que nos han dicho que debería de ser.
Ya si estamos entradas en calor, podemos explorar sensaciones o actividades placenteras que nos ayuden a liberarnos y a identificarnos como queramos desde nuestro cuerpo, haciendo con él lo que queremos o no queremos.
Hablar de sexualidad femenina es gustoso, pero también involucra recovecos que hay que ir descubriendo, lo haremos juntas, hasta la próxima.
