¿Por qué no hablamos de sexo con la pareja?
Las parejas intentan resolver cuestiones domésticas, económicas, de comunicación, afectivas, pero raramente hablan de lo que sucede en la cama, del sexo, de sus fantasías, deseos, incomodidades; ¿Qué lo impide? ¿En qué pensamos para no expresarlo?
Primero les quiero dar a conocer que existen tres tipos de afrontamiento de los conflictos dentro de las relaciones de pareja: el evitativo, el explosivo y el conciliador. El primero es cuando se tiende a no hablar de los temas, el segundo hace referencia a explotar, reclamar para abordar las temáticas a tratar y el conciliador es cuando se busca negociar o comunicarse con asertividad para resolver. Muchas veces las combinaciones de estas maneras de afrontar en las parejas suelen ser una bomba, ya sea porque no se habla de los conflictos o porque se exaltan al hablar de ellos, ambos casos sin llegar a solucionar; para cuestiones sexuales suele haber mecanismos similares; hay personas que evitan hablar, otras lo hacen de manera conciliadora para mejorar sus relaciones y hay quienes reclaman o actúan para hacer notar la incomodidad, pero no comunican verbalmente.
La Dra. Uzma Rehman especialista e investigadora en temas de relaciones de pareja se ha dado a la tarea de resolver ciertos cuestionamientos con respecto a la comunicación de la sexualidad en la pareja, ha encontrado porqué sí lo hacen o no las personas. Les cuento que hallar sus investigaciones ha sido un gran placer y me muestra un panorama más amplio de la vida sexual de las parejas.
En una de sus investigaciones encontró que las personas instaladas en un afrontamiento de evitación no hablan de sexo esto es porque experimentan sentimientos de amenaza, sienten vulnerabilidad, pues es revelar demasiado de ellas mismas, aunque sea con la pareja.
Otra razón es que sienten que hablar del tema podría poner en peligro la relación o podrían hacer sentir mal a la otra persona, estos temores de perder a la pareja o arruinar la relación hacen que dejen de lado la satisfacción sexual.
La vergüenza y la ignorancia son factores que también impiden a las personas hablar de sexo o de la vida sexual, esto se resolvería con educación sexual integral brindada por una especialista.
Es así que muchas personas no están hablando con sus parejas de sus fantasías, deseos e incomodidades, y por ello, no están resolviendo conflictos o cubriendo necesidades en la cama; y déjenme decirles señoras y señores tener una vida sexual plena es una chamba de autocuidado también. Sentirnos en plenitud además de una delicia es benéfico para el cuerpo, la mente, las emociones y la relación de pareja. Las investigaciones de la Dra. Rehman concluyen que las parejas que tienen una vida sexual de calidad son aquellas que tocan la temática, por lo tanto, les dan respuesta a las inquietudes o resuelven los conflictos.
Aunque llega a ser embarazoso hablar de sexo con la pareja comunicarnos puede ayudarnos a lograr un nivel de intimidad que no se alcanza con nadie más.
Pero, antes de hablar directamente de las fantasías, satisfacciones o insatisfacciones, deseos o propuestas es importante charlar del porqué no se habla, qué sienten al hablar, qué piensan que puede suceder si lo hablan, esto ayuda a que haya confianza para tocar el tema del sexo y para conocer los miedos o inseguridades de la pareja.
Ojo, es importante saber que podríamos llegar a escuchar algo que no nos agrade y entonces sería natural sentirnos amenazados si no hemos trabajado nuestras creencias con respecto a la sexualidad, por lo tanto, también un trabajo personal de desminificación del tema ayuda mucho. No podemos olvidar que en ocasiones hay sucesos del pasado que deben ser elaboradas en un contexto clínico.
Y bueno, ya que estamos en disposición de hablar del tema con la pareja va a ser importante darle un espacio especial en la agenda, a veces hay tanto que negociar con la pareja durante el día a día que con que haya sexo es suficiente, pero ¿Éste es placentero? ¿Satisfactorio? ¿Nos conecta más o lo hacemos desconectados?
Resolvamos las preguntas, démonos un espacio para hablar con la pareja, reconozcamos nuestras creencias que nos impiden hablar de sexo, encontremos qué nos gusta, qué no, cómo afrontamos los conflictos y así tendremos más libertad, y por qué no, más sexo.
Me despido recomendándoles mucha ternura al hablar de este tema, hasta la próxima.