"El Placer es Político"
Hola de nuevo, de lo que les hablaré esta vez será del tema “El placer es político”, o la manera en la que accedemos a él. Primero es importante aclarar qué es el placer.
Placer se define como una sensación agradable luego de satisfacer una necesidad, dicho científicamente el circuito cerebral del placer junto con diferentes regiones del cerebro producen niveles altos de dopamina.
Este circuito se activa cuando recibimos estímulos que nos proporcionan placer como comer chocolate, practicar sexo, ir de compras, etc. Incluso una simple idea puede activarlo. Por lo tanto, las actividades que nos gustan tendemos a repetirlas, por ejemplo, el sexo, comer, beber agua, lo hacemos porque nos gusta, esto ayuda a que el cerebro asocie las actividades al placer y así que la humanidad sobreviva.
Lo que es menos orgánico es la manera como accedemos al placer, ya que esto está definido por el contexto, los estándares sociales y culturales de lo que nos llevará al placer. Por ejemplo: en una sociedad como la nuestra, que es capitalista y patriarcal, nos dice que lo que da placer es comprar, tener muchas propiedades privadas, generar individualidad, cumplir con estándares de belleza impuestos o cumplir con ciertos requerimientos para vivir la sexualidad. Del mismo modo también nos va indicando cómo no acceder al placer, por ejemplo, a las mujeres mucho tiempo nos negaron la posibilidad de experimentar en la sexualidad tanto como a los hombres y a los hombres se les fue inculcando una manera específica de acceder el placer. Podría nombrar a la pornografía como una de las primeras experiencias de aprendizaje sexual que tienen muchas personas, en especial los hombres; esto último lleva a que la violación, la violencia, la opresión sean vistas con normalidad y como medios para acceder al placer, jugando con los personajes dentro de un mecanismo de poder.
Por otro lado, hay muchas mujeres adultas que crecimos bajo ciertos límites morales que indicaban cómo llevar nuestra vida, nuestra intimidad, nuestro acceso al placer, con ello aprendimos a restringimos en muchas de nuestras actividades cotidianas como negarnos a comer un chocolate porque “engorda”, a no masturbarnos porque nos dijeron que es malo, o ni siquiera nombrar o ver nuestra vulva. Esto ha llevado a que además de oprimidas vivamos reprimidas en nuestro acceso al placer.
¿Por qué esto es político?
Es político porque el acceso al placer es personal, porque lo que pasa en nuestra intimidad refleja muchas situaciones no vistas por la gente, pero sí sufridas; por ejemplo, la mujer que tiene la creencia de que debe de tener relaciones sexuales por ser esposa, las mujeres que nunca han tenido orgasmos, las adolsecentes que tienen que reprimir o tienen dudas cuando comienzan a sentir excitación, o las mujeres que no conciben tener sexo con placer porque esa es una actividad para fines únicamente reproductivos.
Negar el placer de las mujeres responde a la construcción de lo que se espera de nosotras, como no poder tener vida sexual activa porque al tenerla somos llamadas putas, o seres que debemos dedicarnos al cuidado de otros individuos, también como personas que debemos procurar el placer y no procurarnos el placer o dejar que nos lo procuren. Digamos que el sistema prefiere a mujeres cuidando y criando que cogiendo o descansando.
Centrar la atención en el acceso al placer de las mujeres es sumamente revolucionario, pues aún después de siglos de opresión y represión y con los cambios sociales, muchas mujeres siguen sin tener orgasmos, sin disfrutar lo que comen o beben, sin poder disfrutar de un tiempo libre sin culpa sin acceder al placer de manera libre y deseada.
Por eso es importante que nos centremos en nuestro placer, en disfrutar sin culpa, en reconocernos y reconectarnos a nuestro cuerpo, en entender que lo personal es político, es colectivo, y que muchas fuimos y somos alejadas del placer.
Las experiencias y la teoría me han permitido tener acceso a mi placer de manera maravillosa, te puedo acompañar a llegar a un punto así, el camino no es fácil, pero vale la pena y la gloria.
Mientras acudes a mi consultorio disfruta un chocolate, un descanso, una noche de masturbación sin culpa, esa es tu tarea.
Hasta la próxima.