Comparte

El ritual del placer

El ritual del placer

“Cada noche él me enviaba un audio leyéndome un cuento, su voz, que, aunque no eran textos eróticos, me estimulaba y me invitaba a tocarme”.

“Descubrí a Anaïs Nin y comencé a erotizarme con sus cuentos y sus diarios, eran el preludio para un momento de placer”.

“El sabor a cereza me fascina, descubrí esto cuando una amante de manera juguetona me invitó a lamerlo de ella, ahora es un must en mis rituales de placer”.

“Cuando siento frío sobre mi piel me siento tan erotizada que la lubricación es inmediata, mi nevera siempre tiene hielos preparados”.

“Mi primer encuentro homosexual lo hice mientras comía fresas, ahora esta fruta me erotiza”.

“Una vez hice el amor en un auto que olía a vainilla, me gusta mucho comprar aromatizantes para mi casa de ese olor”.

Estos testimonios nos pueden dar una idea de que el ritual de masturbarnos no es solamente tocarnos, usar un vibrador, manipular el pene o ver porno, tiene que ver con todos nuestros sentidos y con la variedad de experiencias que hemos tenido.

¿Por qué sucede? Bueno, a grandes rasgos, el cerebro es el órgano sexual más potente y que va dirigiendo nuestro placer; cuando realizamos algo placentero el circuito del placer se activa y manda la señal de repetir esa actividad, esto más nuestra memoria y otras partes y sustancias del cerebro nos hacen querer más de lo que nos produce placer.

Entonces para tener un momento muy placentero de masturbación necesitamos darnos nuestro tiempo y conocer o reconocer lo que nos produce gozo, darnos a nosotres lo que le hemos podido dar a alguien más, pregunto ¿por qué cuando queremos tener sexo con alguien más nos dedicamos para lograr un momento inolvidable, pero cuando es para masturbarnos solamente comenzamos y ya?

La respuesta es compleja, pero hay que tomar en cuenta que nuestros aprendizajes han marcado nuestra vida sexual y que estos están atravesados por estructuras hetero-mononormadas, que también tiene que ver con visualizar el pene como centro del placer de las relaciones sexuales y que las “normas” han promovido la erotización de ciertas zonas corporales y desatendido otras o a escindir el cuerpo de la mente y las emociones, también nos han enseñado a consumir placer y cuerpos. A todo lo anterior le sumamos el patriarcado, el cristianismo y más ismos que lo único que han hecho es oprimirnos y reprimirnos en nuestra libertad sexual.

Finalmente es importante recordar que sentimos con todo el cuerpo, no solo con los genitales, te has preguntado:

¿Qué experiencias sensitivas te han producido placer?

¿Qué actividades te han erotizado?

¿Has tenido curiosidad por probar algo diferente, pero no te has atrevido a realizarlo y te has dado a la tarea de descubrir la razón?

¿Tienes prejuicios o dudas sobre la masturbación o algunas actividades de ella?

¿Te has dado el tiempo de preparar el momento como si fueras a tener sexo con alguien más?

¿Has recorrido todo tu cuerpo con tus manos?

¿Conoces tus genitales con todos tus sentidos?

Las respuestas a esto podrían ser una guía de por dónde puedes comenzar a planear tu siguiente cita contigo misme.

Moraleja, es momento de crear nuestras propias formas de tener placer, nuestros propios rituales; no siempre es fácil, necesitamos releer nuestra historia para saber cómo es que nos configuraron y cómo queremos actualizarnos.

Me despido antojándoles mi noche, me prepararé un baño relajante, con música lenta y sensual, para que al salir me sienta relajada y erotizada, leeré un poco de Almudena Grandes, lo más probable es que me toque todo el cuerpo (mis manos son traviesas) usando una crema olor a cereza y prepare mi lubricante sabor menta. No se ustedes, pero mi noche augura ser gozosa…

Les deseo placenteras citas con su cuerpo, hasta la próxima.

De lo privado a lo público - Dra. Kosett Almendra

Lo que acuerpamos las mujeres
por la Dra. Kosett Almendra.


Comparte
Scroll al inicio

ANTES DE IRTE APRENDE AQUÍ