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24/7

24/7 -Disfruta tu Sexualidad

27 de abril del 2020, estamos en contingencia sanitaria, nos han confinado hasta el 30 de mayo, esto comenzó el día 23 de marzo. Las escuelas han cerrado, muchas empresas grandes medianas y pequeñas han mandado a las personas empleadas a trabajar desde casa o de plano las han despedido, esto quiere decir que hay más personas en casa todo el día

Pasan noticias, hacen reportajes, todas las tardes tenemos un informe de gobierno vía streaming o televisada donde nos van diciendo lo que acontece en el mundo y en el país con esta crisis sanitaria.

Pero ¿Qué pasa dentro de casa?, algunas notas dicen que se han aumentado el número de casos de violencia, las personas comienzan a deprimirse, los niños a tener ansiedad; el confinamiento nos está haciendo sacar nuestros recursos emocionales, sociales, económicos y hasta sociales para sobrevivir en este encierro.

También circula en redes lo que deberíamos de hacer para pasarla bien, cómo tener actitud como si nada pasara o cómo ser improductivo sin sentirse culpable; sin embargo, las realidades de muchas personas van más allá de la actitud y de la disciplina.

En este caso hablaré de las mujeres, esas que estamos 24/7 en casa, más que antes y que así nos percibe la gente con la que vivimos.

Empezaré con una frase de Silvia Federici “Eso que llaman amor, nosotras le llamamos trabajo no pagado” que significa que todo eso que nos dijeron a las mujeres que deberíamos de hacer porque amamos a nuestra familia no es sino trabajo que no es pagado.

Uno de los roles impuestos a las mujeres que más he visto que duele, imposibilita y oprime es el de Madre-Esposa, término utilizado por Marcela Lagarde en su tesis doctoral.

Este rol pone a la mujer en un lugar dentro de los grupos sociales como la dadora de cuidados, compañía, apoyo, y es como dicen popularmente “la dadora de vida” teniendo como responsabilidad dar “amor” y recibirlo será el pago.

¿Cómo nos piden que demos amor?

Las mujeres DEBEMOS brindar amor estando la mayor parte de nuestras vidas atentas a las necesidades del grupo al que pertenecemos, en este caso le llamaré familia, tenemos el trabajo (no pagado) de cuidar la alimentación, la administración del ingreso en la casa (por lo menos para lo doméstico), cuidar la casa, apoyar física y emocionalmente a los integrantes de la familia, estar siempre dispuestas a servir porque la satisfacción por sí misma debería bastarnos para sentirnos recompensadas por el trabajo.

Pero en esta contingencia las dinámicas han cambiado, hay infantes en casa, probablemente la pareja, quizá adolescentes; la variedad de familias es inmensa para nombrar todas las personas posibles en confinamiento; todas estas personas en casa hacen que las mujeres en especial estén trabajando sin pago 24/7, estar para todas las personas y sin reciprocidad siquiera de atención es realmente agotador.

Por supuesto que no todas, hay mujeres que siguen saliendo a trabajar, pero sus hijos o hijas se tienen que quedar en casa, muchas veces sin supervisión de una persona adulta. Y también hay muchas otras familias en donde hay más gente participando de las tareas domésticas, de crianza y cuidados sin embargo las que no ¿Qué Acuerpamos?, el dolor de un rol que se podría compartir.

Nuestra tarea será accionar para que los cuidados se permeen a toda la familia desde toda la familia y no sólo de una mujer.

A los hombres que dicen que ayudan o apoyan en las labores del hogar incluyendo la crianza dejen de decir eso, están cumpliendo con su labor de personas capaces, no se llama ayuda, es responsabilidad compartida.

Nos vemos pronto.

Lo que acuerpamos las mujeres por la Dra. Kosett Almendra.


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